La Unión Europea y Estados Unidos intensifican sus esfuerzos diplomáticos para evitar la temida escalada regional de la guerra entre Israel y Hamás, que ya empieza a desbordarse en sus fronteras más inmediatas, especialmente en Líbano. Tras su visita precisamente a Beirut el fin de semana, el alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha decidido continuar este domingo su viaje y ha puesto rumbo a Riad, la capital saudí. Mientras, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, visitó Qatar tras una breve escala en Jordania, en el marco de una gira que ya lo ha llevado a Turquía y Grecia y que continuará los próximos días con visitas a Israel, Cisjordania, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y, también, a Arabia Saudí.
Tras advertir el sábado en Beirut que resulta “imperativo evitar una escalada regional en Oriente Próximo”, especialmente en Líbano, Borrell llegaba este domingo a Riad para discutir con las máximas autoridades locales y regionales, hasta el lunes, “todos los aspectos de la situación en Gaza y alrededores, incluido su impacto en la región”. También para tratar la “preocupante escalada en el mar Rojo”, según adelantó su equipo en un comunicado. Cuando se cumplen justo tres meses del comienzo del conflicto con el ataque terrorista de Hamás en Israel, el 7 de octubre, Borrell se entrevistará con el ministro de Exteriores saudí, el príncipe Faisal bin Farhan, y con el secretario general del Consejo de Cooperación del Golfo, Jasem Mohamed Albudaiwi. Con ambos, discutirá la manera de “crear las condiciones para lograr una paz justa y duradera entre Israel, Palestina y la región”.
Pese a que la UE no ha logrado aún hablar con una sola voz unívoca respecto del conflicto entre Israel y Hamás, como ha reconocido —y lamentado— el propio Borrell en reiteradas ocasiones las últimas semanas, el jefe de la diplomacia europea no ha cejado en sus esfuerzos. Intenta contener el conflicto y buscar una salida que pasa, como no se cansa de repetir, por una solución de dos Estados que, considera también, requiere una decisiva acción internacional. En los pasados días, en un seminario diplomático en Lisboa, habló de la necesidad de que la solución sea “impuesta desde el exterior”, en vista de que las dos partes son incapaces de negociar la paz por sí solas.
También Estados Unidos, el principal aliado internacional de Israel, insiste en lograr una solución negociada al conflicto, cuya expansión regional le preocupa igualmente sobremanera. Este viaje regional es el cuarto de Blinken a la región desde octubre, como recordó el propio secretario de Estado el sábado antes de partir de Grecia, donde destacó que una de sus prioridades es “evitar que este conflicto se extienda”. Un mensaje que reiteró ante el rey Abdalá II de Jordania el domingo. “El conflicto no debe extenderse más por la región”, insistió Blinken.
Oposición al desplazamiento forzoso
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Por su parte, el monarca jordano urgió al jefe de la diplomacia de Estados Unidos a usar la influencia de Washington sobre Israel para presionarle para que acepte un alto el fuego inmediato, advirtiéndole de las “repercusiones catastróficas” de continuar la ofensiva en Gaza. Ambos discutieron asimismo la situación de los civiles en la Franja. En este sentido, Blinken aseguró a Abdalá II “la oposición de EE UU al desplazamiento forzoso de palestinos de Cisjordania y Gaza y la necesidad crítica de proteger a los civiles palestinos en Cisjordania de la violencia de colonos extremistas”, según dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, citado por Reuters. Tras su reunión con el rey jordano, Blinken aterrizó en Doha, donde tenía previsto hablar con las autoridades cataríes sobre los esfuerzos para liberar al más de centenar de rehenes judíos que siguen en manos de Hamás, cita la agencia a fuentes diplomáticas estadounidense.
A los esfuerzos diplomáticos internacionales se ha unido Alemania, cuya ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, ha emprendido este domingo una nueva gira por la región —también la cuarta desde octubre— que la llevará a Israel y los territorios palestinos, además de a Egipto. Antes de partir, Baerbock ha insistido en la necesidad de “salir del ciclo de violencia”. “Ha llegado el momento de poner por fin las bases para una paz y seguridad duraderas”, que pasan por “intentar una solución de dos Estados” en los que “israelíes y palestinos puedan vivir unos junto a otros de forma pacífica”, ha declarado en las redes sociales.
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