La carrera de Bernardo Arévalo para llegar a la Presidencia de Guatemala ha sido tan complicada que este domingo, el día previsto para que él, su vicepresidenta, Karin Herrera, y los diputados electos juren sus cargos, todavía hay mucha incertidumbre ante obstáculos de última hora. La ceremonia de investidura presidencial estaba programada para las tres de la tarde (hora local), después de la sesión del Congreso en la que debían jurar sus cargos los nuevos diputados. Pero esta se estancó en medio de tensiones y generó incertidumbre sobre si puede seguir adelante la toma de posesión del binomio presidencial sin el Parlamento formado.
Pasada esa hora, Arévalo dijo en un mensaje en su cuenta de X —antes Twitter— que la vicepresidenta Herrera y él están listos para tomar posesión. “Así como establece la ley”, acotó. “Los diputados tienen la responsabilidad de respetar la voluntad popular expresada en las urnas. Se está intentando vulnerar la democracia con ilegalidades, nimiedades y abusos de poder. El pueblo guatemalteco y la comunidad internacional están observando”, advirtió. Mientras, los ciudadanos y las delegaciones internacionales cierran filas para arropar al mandatario en su investidura y hacen presión para garantizar el traspaso de poder.
Tanto el Congreso como el Ministerio Público están rodeados por manifestantes que exigen que se cumpla con el cambio de mando como decidieron los ciudadanos en las urnas. Delante del edificio de la fiscalía, donde los pueblos indígenas mantienen un plantón que ya dura 105 días para garantizar el traspaso pacífico del poder, estos ofrecieron una rueda de prensa en la que dieron un plazo de una hora al Congreso para cumplir con la juramentación de la nueva junta directiva. “Hacemos una llamada a los otros territorios a que se preparen para cualquier llamado que hagamos”, dijo un portavoz del grupo, quien además pidió a la población mantener la calma y “no entrar en provocaciones con golpistas y corruptos”.
Entre las delegaciones internacionales que están hoy acompañando a Arévalo en Guatemala está el Rey de España y una decena de presidentes latinoamericanos, entre ellos el chileno Gabriel Boric, la hondureña Xiomara Castro o el colombiano Gustavo Petro, que ha sido especialmente crítico con los intentos de entorpecer la investidura de Arévalo. “Aquí en Guatemala, aún el Congreso de la República no se pone de acuerdo para elegir su junta directiva, que es la que tiene que posesionar al presidente Bernardo Arévalo”, escribió Petro poco después de llegar al país centroamericano. En la víspera, había llamado a sus colegas a acudir a la toma de posesión. “Hay fuerzas que amenazan un golpe de Estado. Nuestra solidaridad es fundamental”, dijo Más tarde, Petro informó que Costa Rica convocó a una reunión urgente de cancilleres en Ciudad de Guatemala ante los impedimentos para la investidura.
Cerca de las 5 de la tarde, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, leyó un comunicado conjunto firmado por las delegaciones internacionales presentes en Guatemala en apoyo al presidente y a la democracia. “Hacemos un llamado al Congreso de la República a cumplir con su mandato constitucional de entregar el poder como exige la Constitución en el día de hoy al presidente electo Bernardo Arévalo y a Karin Herrera”, se lee en la declaración que leyó acompañado del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, o el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell.
El pueblo guatemalteco expresó su voluntad democrática en elecciones justas, libres y transparentes. Esa voluntad debe ser respetada.
Firmé hoy, en nombre de la Unión Europea, la declaración en apoyo al Presidente Bernardo Arévalo y la democracia en Guatemala. pic.twitter.com/hVq1onZSob
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) January 14, 2024
“Ante los intentos de obstaculización de la toma de posesión del presidente electo Bernardo Arévalo que se están llevando a cabo por parte de miembros del Congreso”, dijo después Borrell en un comunicado, “propondré a los estados miembros de la UE la aplicación de medidas restrictivas individuales contra los miembros del Congreso que impidan el traspaso de poderes. La voluntad popular expresada en las urnas debe ser respetada.”
Tras su victoria sorpresiva en las elecciones de agosto con su promesa de combatir la corrupción que ha corroído Guatemala, Arévalo —un sociólogo, exdiputado y diplomático de 65 años— ha tenido que enfrentarse a una retahíla de procesos judiciales que él mismo denunció como un intento de “golpe de Estado” promovido por el Ministerio Público para tratar de evitar su llegada al poder e inhabilitar a su partido. Y aunque un fallo emitido por la Corte de Constitucionalidad a mediados de diciembre ofrecía garantías para su investidura este domingo, nadie en este país descartaba sorpresas de última hora para tratar de entorpecer la juramentación. “No sabemos si legalmente se les puede llegar a ocurrir algún despropósito”, le dijo Arévalo a EL PAÍS este sábado. “Así que estaremos esperando, pero con la confianza de que al final eso no va a cambiar el resultado ni el hecho de que vamos a tomar posesión”.
La jornada comenzó con retraso en la sesión del Congreso en la que se debía nombrar a la junta directiva, mientras la Corte de Constitucionalidad (CC) resolvía varios recursos, entre ellos uno presentado por el oficialista Movimiento Semilla, que será la tercera mayor fuerza en la Cámara, para determinar si podían formar parte de las candidaturas para presidirlo tras la inhabilitación temporal del partido. El amparo provisional fue rechazado, por lo que diputados electos tendrán que asumir como independientes y no podrán formar parte de la presidencia de ese órgano ni conformar comisiones.
En la sesión del Congreso también se han vivido momentos de tensión durante la sesión de calificación de credenciales de los diputados, una gestión administrativa que se ha estancado, lo que ha provocado un retraso en el nombramiento de la junta directiva y el temor de que se pudiera entorpecer el proceso de transferencia de poder. Pasadas las 4 de la tarde, la sesión del Congreso se retomó.
La juramentación y toma de posesión de Arévalo y Herrera estaba prevista a las 3 de la tarde en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias de la capital. Ya con la banda presidencial puesta, el nuevo presidente tenía previsto ofrecer un discurso a los guatemaltecos en la Plaza de la Constitución, el lugar donde nació el Movimiento Semilla al calor de las protestas anticorrupción de 2015.
Hasta la plaza comenzaron a desplazarse desde primera hora de la mañana partidarios del nuevo Gobierno y representantes de los pueblos indígenas de todo el país que hace 105 días levantaron un plantón delante del Ministerio Público para exigir la renuncia de su jefa, Consuelo Porras, a la que Arévalo ha acusado de estar al frente del intento de “golpe de Estado” en su contra. Estos movimientos han mantenido una resistencia pacífica para garantizar la transferencia pacífica del poder y, junto con una comunidad internacional que ha condenado firmemente los intentos por entorpecer el proceso, han sido claves para que se mantenga la democracia en Guatemala tras varios años en los que se ha visto un auge del autoritarismo en el país.